Kennedy dice que quiere hacer a EE. UU. más saludable. ¿Qué dicen sus actos?

Normalmente, no suele haber bebés en las reuniones a puerta cerrada de la Casa Blanca.

Pero cuando el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr. convocó este mes a un grupo de mujeres para hablar sobre nutrición y otros temas, una activista de la alimentación sana que se hace llamar la “Food Babe” se quedó atónita al ver a la secretaria de prensa del presidente Donald Trump con su bebé de ocho meses en el regazo.

Mientras varias secretarias del gabinete observaban, la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, expresó su decepción porque la fórmula para bebés parece ser más sana en Europa que en Estados Unidos, donde un estudio reciente descubrió que muchas variedades están cargadas de azúcares añadidos. La semana pasada, Kennedy se reunió con fabricantes de fórmula y anunció un impulso para incrementar las opciones de “fórmula para bebés segura, confiable y nutritiva”.

La activista, Vani Hari, estaba encantada. “Fue una oportunidad increíble de ver la solidificación de la agenda MAHA en los distintos gabinetes”, dijo, utilizando las iniciales en inglés del movimiento “Hagamos a Estados Unidos saludable de nuevo” de Kennedy. Para ella, el evento fue “un sueño hecho realidad”.

La reunión de “Mamás MAHA” —como Kennedy llama al cuerpo de influentes y activistas que lo siguen— fue uno de los actos coreografiados realizados en las últimas semanas por Kennedy, quien ocupa un lugar sumamente inusual en Washington. Descendiente de una célebre familia demócrata, su apoyo a Trump, su tendencia a elaborar teorías descabelladas a partir de fragmentos de verdad y su promoción de lo que los críticos califican como medicina charlatana lo han convertido en una de las figuras más polarizadoras del gabinete, incluso mientras cultiva una base leal de seguidores.

Sin embargo, incluso algunos críticos de Kennedy aplauden su enfoque en la obesidad y la alimentación saludable. Desde su influyente posición como jefe del Departamento de Salud y Servicios Humanos incomoda tanto a grandes industrias como a funcionarios públicos, abordando un variado abanico de temas: un día propone remedios alternativos y al siguiente arremete contra las empresas de alimentos industriales.

Ahora, las empresas y el gobierno deben lidiar con lo que se podría denominar el factor Kennedy. Hasta ahora, la resistencia pública ha sido mínima.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) publicaron información sobre la vitamina A en su sitio web después de que Kennedy la promocionara como un tratamiento contra el sarampión, para consternación de los funcionarios de salud pública que quieren que defienda enérgicamente la vacunación.

Una cadena de comida rápida anunció que había “kennedyzado” sus papas a la francesa al sustituir el aceite de semillas con sebo de res, un tipo de grasa derivada de la carne que es similar a la manteca, a pesar de las advertencias de cardiólogos sobre los riesgos para el corazón.

Los fabricantes de fórmula para bebés, que se vieron sometidos a escrutinio en medio de una escasez en 2022, dijeron simplemente que esperan con ansias trabajar con Kennedy. Y después de que Kennedy diera instrucciones a los ejecutivos del sector alimentario para que eliminaran los colorantes artificiales del suministro de alimentos, siguió con un mensaje de video en las redes sociales: “Entienden que hay un nuevo sheriff en la ciudad”.

Kennedy declinó una solicitud de entrevista.

Es demasiado pronto para saber si Kennedy tendrá un impacto real o si estos primeros pasos son más una postura que algo sustancial. El gobierno de Trump está adoptando medidas que parecerían socavar sus objetivos, como la disolución de un comité de expertos que estudiaba cómo proteger a los bebés de una bacteria mortal que contribuyó a la decisión tomada en 2022 de cerrar temporalmente una planta de fórmula para bebés de Abbott Nutrition.

Kennedy podría encontrar resistencia en el Congreso. Su desdén por los aceites refinados elaborados a partir de ciertas plantas —aceites de semillas como el de canola, soya y maíz— y los alimentos ultraprocesados que los contienen ha alarmado a los republicanos, incluido el senador por Iowa Charles Grassley, cuyos electores agricultores reciben subsidios del gobierno para cultivar las plantas que producen los aceites.

Kennedy se opone a los subsidios. Grassley le pidió públicamente que “dejara la regulación de las prácticas agrícolas en manos de los organismos adecuados”, incluido el Departamento de Agricultura. Kennedy dijo que estaba de acuerdo.

“Esas son palabras; quiero ver cuál es la acción”, dijo Marion Nestle, profesora emérita de nutrición, estudios alimentarios y salud pública de la Universidad de Nueva York, sobre las ambiciones de Kennedy de rehacer el suministro de alimentos. “Y si la única acción es sacar los colores del suministro de alimentos, no es suficiente”.

Los expertos en salud pública siguen teniendo serias dudas sobre Kennedy, cuyo escepticismo en torno a las vacunas ha influido en su respuesta a un brote de sarampión en Texas. Los investigadores biomédicos dicen que si de verdad quisiera que Estados Unidos fuera saludable, impediría que el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk ataque al sector científico del país con recortes de empleos y reducción de subvenciones.

“Creo que tiene que asumir la culpa; está destruyendo la ciencia en Estados Unidos”, dijo Walter Willett, pionero de la investigación sobre nutrición en la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Sin embargo, mientras no hable de vacunas, las ideas de Kennedy están ganando un cauteloso apoyo en algunos lugares sorprendentes. Willett dijo que está de acuerdo con Kennedy en que los Institutos Nacionales de Salud deberían replantear su cartera de investigaciones para dedicar más tiempo a estudiar maneras de prevenir enfermedades. Nestle lo elogió por enfrentarse a la industria alimentaria.

“Cuando el presidente Trump anunció en Twitter que iba a nombrar a RFK Jr. utilizó las palabras complejo alimentario industrial”, dijo. “No lo podía creer. Sonaba igual que yo, y RFK suena igual que yo”.

En el punto más alto de la pandemia de covid, Kennedy fue identificado como uno de los principales impulsores de desinformación por el Centro para Contrarrestar el Odio Digital, que lo incluyó en la “docena de la desinformación”. Su cuenta de Instagram fue suspendida en 2021, y restablecida en 2023 cuando inició su candidatura presidencial.

Ahora, como líder del Departamento de Salud, Kennedy dispone de una plataforma mucho mayor desde la que puede moldear las actitudes e ideas de los estadounidenses.

Algunas de sus afirmaciones, según expertos en salud pública, han sido sencillamente erróneas. Kennedy, por ejemplo, dijo a Sean Hannity de Fox News que la inmunidad a la vacuna contra el sarampión disminuye con el tiempo y que, entonces, “las personas mayores básicamente no están vacunadas”.

Esto contradice la página web de los CDC, que afirma que las vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola “suelen proteger a las personas de por vida” contra el sarampión y la rubéola, pero que la inmunidad contra las paperas podría disminuir con el tiempo. William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, se mostró de acuerdo: “Los datos siguen respaldando el argumento de que la vacuna contra el sarampión protege a la inmensa mayoría de las personas de por vida”.

La semana pasada, Kennedy propuso prohibir los teléfonos celulares en las escuelas, una idea con respaldo bipartidista. Pero además de mencionar la salud mental de los niños hizo otra afirmación, una sin fundamento: que los celulares “producen radiaciones electromagnéticas” que pueden causar cáncer.

Hasta ahora, Kennedy también parece estar ignorando en gran medida a los expertos gubernamentales. No ha recibido ninguna sesión informativa presencial o virtual sobre el sarampión de parte de expertos en enfermedades infecciosas de los CDC, según dos personas familiarizadas con la respuesta al brote de Texas. En lugar de esto, recibe informes escritos de la agencia.

Un funcionario de la administración dijo que Kennedy se reúne a diario con “directivos de carrera” del Departamento de Salud y Servicios Humanos, la agencia matriz de los CDC, para tratar asuntos como el sarampión.

Los funcionarios de salud de Texas afirman que los mensajes de Kennedy han sido confusos. Katharine Wells, directora de salud pública de la ciudad de Lubbock, dijo que está batallando para convencer a los padres de que vacunen a sus hijos porque creen que “la vitamina A protege, como la vacuna”.

Pero los aliados de Kennedy se emocionaron cuando los CDC añadieron una mención a la vitamina A en su aviso sobre el sarampión en su sitio web. Del Bigtree, antiguo director de comunicaciones de Kennedy, alabó la medida en un pódcast reciente. “Dios mío”, dijo, “¿ves el pequeño paso para la humanidad que acabamos de dar?”.

Discretamente, Kennedy está recibiendo consejos de al menos una persona del ámbito de la salud pública: Jeffrey Klausner, profesor de la Universidad del Sur de California que pasó años en los CDC, incluyendo su trabajo sobre prevención de enfermedades realizado en Sudáfrica. Klausner, quien es vecino de Kennedy en Los Ángeles, dijo que está trabajando para identificar a nuevos miembros del comité asesor sobre vacunas de los CDC, un panel que, según Kennedy, está plagado de conflictos de intereses.

Dijo que Kennedy solo le ha dado un criterio: “Quiere personas altamente calificadas e imparciales que puedan analizar la ciencia de manera objetiva”.

A pesar de su promesa de “transparencia radical”, Kennedy está ofreciendo a los estadounidenses una versión altamente filtrada de sí mismo. Igual que Trump, se dirige al público principalmente a través de redes sociales y Fox News.

En cierto sentido, Kennedy está ofreciendo un nuevo giro al lema de Trump “Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo”; quiere que los estadounidenses puedan comprar Froot Loops, el colorido cereal azucarado, que tengan los mismos ingredientes —tintes hechos de arándanos y zanahorias de colores en lugar de productos químicos— que se utilizan en Canadá, y que las papas a la francesa se cocinen como en Europa.

La cruzada de Kennedy contra los aceites de semillas ha llamado la atención de los ejecutivos del restaurante Steak ‘n Shake, que dice que ahora cocinará sus papas a la francesa en el agente de fritura preferido de Kennedy, el sebo de res, aunque los expertos en nutrición dicen que no hay pruebas de que el sebo, una grasa saturada parecida a la mantequilla, sea más saludable que los aceites de semillas.

“Dice que está siguiendo a la ciencia”, dijo Willett. “Si te fijas en las pruebas científicas, eso no te lleva a la conclusión de que el sebo de res sea mejor que los aceites de semillas”.

Steak ‘n Shake, una cadena de restaurantes con sede en Indianápolis, anunció el cambio este mes en redes sociales con una foto de una gorra roja como las de “Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo”, pero con el mensaje “Hagamos que el aceite para freír sea sebo de res de nuevo”. Kennedy, que por lo demás parece no ser aficionado a las papas a la francesa, viajó a un Steak ‘n Shake de Florida con Hannity, de Fox, y se comió unas cuantas para las cámaras.

“Les estamos muy agradecidos por haber kennedyzado sus papas a la francesa”, dijo.

Hari, la activista de la alimentación sana, dijo que el anuncio de Steak n’ Shake era “un ejemplo interesante de cómo podemos introducir cambios graduales en el sistema alimentario para hacerlo mejor de lo que era”. Comentó que tiene intenciones de presionar a Kennedy para que las cadenas de comida rápida publiquen todos sus ingredientes en internet.

El círculo íntimo de Kennedy parece estar dividido en dos bandos: aquellos que, como Bigtree, se sienten atraídos por él debido a su postura sobre la vacunación, y quienes, como Hari y Calley Means, autora y empresaria del sector de la salud, se enfocan en la nutrición y las enfermedades crónicas. Means se incorporó recientemente a la Casa Blanca como empleada especial del gobierno para ayudar a llevar a cabo la agenda de Kennedy.

Kennedy también ha inspirado un movimiento MAHA en los estados. El lunes, el gobernador de Virginia Occidental firmó una ley que prohíbe ciertos colorantes alimentarios en los almuerzos escolares.

La semana pasada, Means estuvo en Arizona junto con otros aliados de Kennedy para hablar a favor de un proyecto de ley “Hagamos a Arizona saludable de nuevo” que prohibiría ciertas sustancias químicas en los programas de almuerzos escolares y prohibiría que se compraran golosinas, refrescos, papas fritas y otros productos de comida chatarra con los dólares federales para nutrición antes conocidos como “cupones para alimentos”.

Helene Leeds, quien junto con su hija fundó el programa de pérdida de peso Step It Up, también declaró, y fue identificada como “mamá MAHA” por la Alianza MAHA, grupo que respalda la agenda de Kennedy. El título la hizo reflexionar.

“Es nuevo para mí que me llamen así”, dijo. “O sea, totalmente, defiendo la salud en todo lo que hago”. Y añadió: “También me considero una líder de MAHA”.

Tras la reunión de Mamás MAHA, la Casa Blanca publicó en redes sociales un video de Kennedy y algunas de sus invitadas batallando para pronunciar ingredientes como la riboflavina. Kennedy publicó fotos con un mensaje dirigido a las mujeres: “Ustedes me trajeron a donde estoy hoy, y no las defraudaré”.

Sheryl Gay Stolberg cubre la política de salud para el Times desde Washington. Excorresponsal en el Congreso y en la Casa Blanca, se enfoca en la intersección entre las políticas de salud y la política. Más de Sheryl Gay Stolberg